Reivindicamos el amor por contar historias. La pasión por los personajes y por las personas que los traen a la vida.

Reivindicamos la luz con la que nuestros técnicos hacen nacer nuestro mundo y la oscuridad donde nace el aplauso que da sentido a todo.

 
 

Reivindicamos el teatro como  el arte de la emoción en el recuerdo, el triunfo eterno del instante más efímero.

Reivindicamos el sudor, los sentimientos compartidos, y sobre todo las entrañas, porque no hay teatro sin verdad y ninguna verdad mayor que la de la máscara.

 

NUESTRAS OBRAS SON AMORES: